GUÍAS PARA CATEQUISTAS
Presentación
Este programa de formación, si permiten la comparación, es como un cohete que quiere subir alto, muy alto, llevando para arriba, muy arriba, a muchas personas.
Su motor principal es el de la catequesis familiar, la catequesis por antonomasia, en la que papá y mamá son los primeros y más importantes educadores de los hijos, a los que quieren transmitir su fe y ayudarles a vivir como buenos cristianos y buenas personas. Y esto es así, porque la familia es la Iglesia doméstica, la iglesia de cada casa, que es la que recibe el mandato de Dios y la gracia necesaria para crecer en su amor.
«Los hijos perciben y viven gozosamente la cercanía de Dios y de Jesús que los padres manifiestan, hasta tal punto, que esta primera experiencia cristiana deja frecuentemente en ellos una huella decisiva que dura toda la vida. Este despertar religioso infantil en el ambiente familiar tiene, por ello, un carácter «insustituible». (…) Esta iniciación se ahonda aún más si los padres comentan y ayudan a interiorizar la catequesis más sistemática que sus hijos, ya más crecidos, reciben en la comunidad cristiana. En efecto, «la catequesis familiar precede, acompaña y enriquece toda otra forma de catequesis»».
Directorio General para la catequesis, n. 226
El motor auxiliar, sigue la comparación, es la catequesis que se hace en la parroquia o en el colegio: le llamamos catequesis auxiliar o complementaria, porque no puede funcionar bien si el motor principal está parado o funciona a ratos; sin embargo, consigue que el cohete suba mejor, con más personas y sea mejor dirigido.
Entonces, ¿la catequesis no es una tarea de la parroquia o del colegio? La parroquia y/o el colegio ayudan a las familias en la catequesis de los hijos, pero no sustituye a los padres, no asume una serie de responsabilidades que son indelegables. Si lo hiciera -incluso con la mejor de las intenciones- se convertiría en cómplice de una omisión grave.
Por tanto, se trata de conseguir un buen trabajo de los dos motores, que han de funcionar a la par. Obviamente, cada uno de los chicos o chicas tiene que escuchar el mismo mensaje en los dos lugares. Sí, un mismo contenido, expresado con música y letra distintas, vivido en dos ámbitos diferentes y transmitido y guiado por diferentes personas, hacia un mismo destino y con una misma finalidad.
Directorio General para la catequesis, n. 272
En segundo lugar, hemos de mantener contactos con los padres y madres de los niños. Cuantos más mejor. Informalmente, cuando los traen o los llevan, cuando coincidimos en alguna actividad del colegio o de la parroquia o aprovechando los medios de comunicación que tenemos hoy día: una carta, un correo, una llamada o un mensaje.
Además, si desarrollamos el mismo programa de formación en casa, el colegio y la parroquia, con un estilo educativo semejante y a un ritmo similar, se asegura bastante el buen trabajo formativo y bien coordinado de todos.
La planificación, preparación y desarrollo de dichas sesiones, se hace sabiendo que formamos parte del gran equipo de familias, colegios, parroquias y siguiendo un programa de contenidos desarrollado gracias a la gran experiencia evangelizadora y educadora de la Iglesia.
Vamos a transmitirles los fundamentos, las ideas básicas, de nuestra fe cristiana. Para realizar esta tarea contamos, en primer lugar, con el catecismo para niños JESÚS ES EL SEÑOR, de la Conferencia Episcopal Española.
El catecismo no se enseña como un manual escolar, sino como referencia para conocer y vivir la fe. Sus contenidos han servido para elaborar los Cuadernos -en formato PDF o impreso- que incluyen actividades, ilustraciones, relatos, propuestas y sugerencias. El aprendizaje se distribuye pausadamente en sesiones semanales. Cada tema puede impartirse en dos semanas (o más tiempo, si se considerara adecuado).
La Guía para padres -en formato multimedia, en el aula virtual, o impreso- sirve para ayudar a los padres para que incorporen a su vida conocimientos, afectos y experiencias de fe. Es lo mismo que ellos deberán transmitir a sus hijos cuando utilicen el Cuaderno. ¿Por qué se pide a los padres el esfuerzo de formarse ellos en primer lugar? Porque nadie da lo que no tiene.
La Guía explica también cómo practicar la catequesis familiar, paso a paso, siguiendo un plan flexible y coordinado con otras familias de la parroquia o del colegio. Cada familia y cada persona adoptará lo que en conciencia considere más apropiado para su caso.
Los dos textos desarrollan en paralelo: 44 temas agrupados en 10 núcleos didácticos.
Cuaderno 1 / Guía para padres 1 | Cuaderno 2 / Guía para padres 2 |
I. La Iglesia y los cristianos | VI. El Espíritu Santo y la Iglesia |
II. Dios es nuestro padre | VII. Por el bautismo nacemos a la vida nueva |
III. Jesús viene a salvarnos | VIII. La reconciliación. Recibimos el perdón que nos renueva |
IV. Jesús, el hijo de Dios, vivió entre nosotros | IX. La eucaristía. Nos alimentamos con el cuerpo y la sangre del señor |
V. Jesús entrega su vida por nosotros | X. Con Jesús, por siempre, en la casa del padre |
Obviamente, los catequistas auxiliares, en las sesiones con los niños, nos servimos del Cuaderno y necesitamos también conocer los temas de la Guía para padres con, al menos, la misma o mayor profundidad y con suficiente dominio. Para lograrlo, vamos avanzando en pequeños pasos de estudio, repaso o actualización (así todos vamos aprendiendo y creciendo juntos), para la preparación y desarrollo de cada uno de los Temas. En una frase, vamos a ir desarrollando esta Guía tema a tema.
Para quienes utilizan la versión impresa, se recomienda leer con detenimiento, antes de comenzar las sesiones, las primeras páginas de la Guía para padres (pág. 1-10), subrayar y anotar puntos de interés, dudas, modos de organizarse, para comentar con otros catequistas y/o la persona responsable de la catequesis.
Esta Guía de sesiones para el catequista de niños quiere ayudarte a dar estos pasos de diversas maneras.
1
Orientar el estudio o repaso de los temas, facilitando bibliografía o, mejor, documentación breve, apropiada, que dé seguridad y confianza en el dominio de los temas. Necesitamos estar bien preparados para esta tarea. Siempre podemos mejorar nuestros conocimientos y la manera de vivirlos.
2
Facilitar la colaboración y coordinación de la catequesis auxiliar con las familias siguiendo los cauces ya descritos, que hemos de mantener abiertos y activos de diferentes maneras.
3
Ayudar a impartir las sesiones de cada tema de manera creativa, activa y efectiva. Los chicos y chicas que acuden a las sesiones dedican a ellas su tiempo libre, no son una audiencia cautiva. Hay que ganar su atención y conseguir generar y aumentar su interés con una participación alegre y responsable. Generalmente, no tenemos la misma autoridad que los papás o profesores, pero sí podemos ganarnos su interés y su capacidad de esfuerzo y trabajo. Sobre todo, si aunamos en nuestra tarea: afán de servicio, cariño, preparación, alegría y sentido sobrenatural.
Los chicos y chicas son los protagonistas de las sesiones en las que refuerzan su formación y viven, practican su fe y piedad con sus compañeros.
NUCLEO
Síntesis del tema que se va a tratar
Referencias del Cuaderno y de la Guía para padres.
Preguntas estrella
¿Qué son las preguntas estrellas?
Son los indicadores de que el tema ha quedado bien aprendido.
Preguntas de información literal
Preguntas de comprensión
Oración Inicial
Asamblea
Proyecto
Ver proyecto
Proyectos, tareas o actividades extensas adecuadas al tema
- Entrevista a un experto (abuelos, párroco…), panel de expertos …
- Dramatización. Ej. Navidad / Juicio a los testigos de la Resurrección …
- Hacer vídeos (grabados con celular), carteles murales, mensajes de correo, o WhatsApp, …
- Dibujos, exposiciones, …
- Concursos de catecismo-conocimientos religiosos, …
- Canciones
- Películas: Catequizzis, ValiVán, clips de Películas interesantes, …
- Juegos
- Tareas en parejas, tríos, equipos y puestas en común.
Con mis amigos
Mensaje a los padres
Oración final
También se desea que esta Guía sea abierta y flexible para modificarse y actualizarse, incorporar nuevas ideas o actividades y sea, por tanto, colaborativa y participativa: realizada con aportaciones de todos las personas que ofrezcan experiencias positivas, estimulantes, que completen y mejoren este esquema de trabajo.
Papa Francisco, 22.IX.2018
Siempre que sea posible trataremos de reflejar en las propuestas de las sesiones las cuatro partes del Catecismo de la Iglesia Católica:
- la fe que confesamos (Credo),
- la fe que celebramos (Sacramentos, Liturgia),
- la fe que vivimos (bienaventuranzas y mandamientos)
- y la oración.
Ayuda, colaborando con los padres, al crecimiento de cada uno de los niños y procura cohesionar el grupo con sentido de comunidad cristiana en la que participamos todos: las familias, los chicos, los catequistas y los sacerdotes. Para este fin será de gran utilidad todo aquello que fomente compartir los trabajos con el grupo de catequesis o con los padres: galerías de fotos, exposición de los trabajos, galas y fiestas de reconocimiento, etc. Nuestro propósito es que esta Guía también sea colaborativa y recoja, en el futuro, las experiencias que nos hagan llegar los catequistas.
Los chicos y chicas que participan en la catequesis no son sujetos pasivos que reciben una formación, sino verdaderos actores, protagonistas del proceso formativo. Se les pide que se impliquen en las tareas, generalmente realizando trabajos, proyectos colaborativos desarrollados de diversas maneras: en parejas, equipos o en grupos de catequesis. Las actividades propuestas suelen estar pautadas -explicadas paso a paso- e incluyen criterios de valoración que permiten conocer qué se pide y cómo se valora su logro; de este modo es más fácil que todos contribuyan a mejorarlas. Por tanto, ellos y ellas son los que ayudan a formarse a los demás, dentro y fuera de la catequesis. Sin olvidar que también ayudan y motivan la formación de los papás y de los catequistas con sus intervenciones, sinceras, espontáneas, naturales.
Esta participación se hace especialmente importante en su camino de crecimiento en la oración personal y de la comunidad, centrada en la Eucaristía, a la que la catequesis dedica una atención particular y muy especial.