“¿La Catequesis Familiar es un invento nuevo? ¿qué sentido tiene a estas alturas de la historia? “

No son pocos los que nos hacen estas preguntas, que incluyen una connotación crítica sobre la oportunidad de llevar a cabo una iniciativa de este tipo en lugar de seguir haciendo “las cosas de siempre”. Intentaré responder de forma sucinta, indicando las razones que están en su origen:

En la parte complicada:

  • Los usos y costumbres predominantes en la sociedad occidental distan mucho de lo que cualquier cristiano está llamado a vivir: el seguimiento de Jesús como prioridad absoluta, ante lo que todas las demás aspiraciones se deben orientar. Hay que ser conscientes de este hecho, porque nos afecta a nosotros y a los nuestros.
  • La fuerza del ambiente ha conseguido debilitar la fe y los valores de muchos cristianos, que ahora se conforman con un cumplimiento de mínimos o, todavía peor, con el ateísmo práctico. Cuando la vida de oración es pobre y la recepción de los sacramentos infrecuente, cualquier viento derriba el edificio escuálido edificado sobre una formación de niño.

En la parte positiva:

  • Los testimonios de tantos santos contemporáneos y de los cristianos perseguidos (no pocos mártires) son aldabonazos constantes en la puerta de conciencias adormecidas, conformistas y comodonas. Nos recuerdan que la fe hay que vivirla con pasión, como los primeros cristianos. Si no se ama con pasión, no se ama.
  • Los repetidos llamamientos del Magisterio a la conversión, a que las familias se consideren “iglesias domésticas”, a que confíen en la gracia de Dios para ser auténticos protagonistas de un renacimiento de la fe, se han concretado más después del Sínodo de Obispos sobre la familia, que ha dado pie a la Exhortación Apostólica Amoris laetitia promulgada por el papa Francisco.
  • Las posibilidades que aportan Internet y las nuevas tecnologías para recordar el mensaje cristiano con un lenguaje actual, apropiado para el hombre y la mujer del siglo XXI, para gente con un ritmo acelerado de trabajo en entornos de mucho ruido mediático. La fuerza de la imagen, del sonido, del arte, de la música, del cine y del humor, sirven para transmitir el ideal cristiano. Ese ideal sabe hacer cristiana la propia cultura, sale de la “clase de religión” para dar aliento al proyecto de vida personal, familiar y social.
  • El enorme esfuerzo realizado por los creyentes de todo el mundo, que han aprovechado estos medios para ofrecer testimonios cercanos, impregnados de fe viva y dirigidos a todas las edades.

Nuestro trabajo casi se está limitando a sistematizar los recursos audiovisuales que están accesibles en Internet para sistematizarlos y ofrecerlos como propuestas de aprendizaje, reflexión y sugerencias. Lo hacemos con mucho cariño y con el deseo ferviente de que os sirvan a vosotros, padres y madres de familia, para mejorar y poner lo primero en primer lugar. No diré que apenas requiere esfuerzo: lo que poco cuesta, poco vale. Sí te decimos que está a tu alcance, por ajetreado, agobiado y desanimado que te encuentres. Inténtalo: no hay gloria sin riesgo.