Se dirige a todas las personas interesadas en contribuir a la evangelización de la familia cristiana.

El curso versa sobre el complejo mundo de los afectos y emociones. Ofrece ejemplos, herramientas y ejercicios prácticos para conocerse y aprender a educar las emociones. Es un reto para el que todo educador debe estar preparado, y especialmente los padres. La ignorancia o minusvaloración de los afectos causa conflictos personales de difícil solución. Y, al revés, una buena educación emocional es clave para ser feliz.

No, por favor: esto tiene un coste que los donantes asumen con generosidad, pero no para satisfacer la curiosidad de nadie, sino el deseo de servir mejor a la Iglesia.

• Lectura / visualización de los contenidos correspondientes a cada tema.
• Respuesta de los cuestionarios.
• Intervención en foros.

El curso no consta de “clases” dictadas por un profesor, sino de actividades que hay que llevar a cabo.

No, solo se requiere la experiencia normal de usuario de Internet. Prácticamente todo se puede hacer mediante celular, aunque la computadora es una opción más cómoda.

• Participantes de Latinoamérica: deseamos que todos los que lo necesiten realicen el curso gratuitamente. Solo hace falta indicarlo en el siguiente formulario. Se les sugiere la posibilidad de realizar un pequeño donativo (5 USD) para colaborar con el proyecto, pero no es una condición para participar en el curso, salvo que no hayan aprovechado una ocasión anterior.
  ¿Por qué se hace así? Para dejar claro el compromiso que se espera -dedicación de tiempo y esfuerzo- de los que reciben esta formación y piden ayuda para hacerla.
• Participantes de Europa, Canadá y EEUU. La formación está subvencionada en más del 60%. Se les pide que colaboren con una cantidad (10 USD | 10 €) perfectamente asumible por cualquier persona que vive en algún país de este entorno.

Sí. Todo el que llega hasta el final puede descargar un certificado de haber realizado este curso. El certificado no es un camino rápido “para ser catequista” –ese cometido requiere una formación más extensa– pero sí es un medio para actualizar conocimientos y actitudes, para considerar los retos que hay por delante y volver a la tarea con más empeño.

Sí, es para católicos practicantes que son catequistas o desean serlo. A conciencia hemos querido que sea asumible por instituciones –parroquias, colegios– que comparten la misma fe desde diferentes carismas: conviene que cada uno contribuya a la nueva evangelización desde su carisma y con sus talentos, con una visión inclusiva, puesta al servicio de la Iglesia.

El contenido ha sido diseñado por profesionales de la educación y personas expertas en catequesis. Partimos de la experiencia de que nos hemos quedado por detrás de los tiempos y que tenemos que hacer un esfuerzo por actualizar y renovar la catequesis, como medio para crear un futuro con esperanza.